El Viento Cambia De Dirección

Salgo a caminar; no es la primera vez que camino por este lugar, pero hoy es diferente...miro el pasto, las flores, el sendero por donde camino, veo la gente pasar...me detengo, y el viento cambia de dirección...

Hace días que siento que el viento está cambiando en mi vida; me tiro en el pasto, miro las copas de los árboles, veo cómo se mueven las ramas y las hojas...e intento entender, qué pasa por este corazón loco, que me traiciona cuando menos lo espero...cierro los ojos, y repaso los últimos años de mi vida, sé que he crecido, que he cambiado y madurado mucho, pero sé también que he mandado a dormir cosas de mí misma, que han vuelto a despertar exigentes, demandantes, imperantes...que entregué demasiado más de lo que yo misma vislumbraba en este camino, que ha sido hermoso y difícil...tomo conciencia de mi respiración, de mis latidos, de cada sonido a mi alrededor, y a cada segundo veo todo con mayor claridad...

Sigue soplando el viento, está frío; pienso en lo que fui, en lo que soy, y en lo que quiero ser; pero siento que el viento me quiere empujar en otra dirección, en aquella donde se encuentra parte de mi esencia que dejé atrás en aquel proceso de desprendimiento que hice; mi naturaleza serena y loca a la vez me busca, me reclama, me llama...y no sé si esta vez podré hacer oídos sordos...

El pasto se siente algo húmedo, me doy vuelta y siento el olor a tierra mojada, un olor que me lleva muy atrás en mi vida, me recuerda caminatas bajo la lluvia, conversaciones con un café al lado de la estufa a leña, me recuerda todos los pasos que di en pos de una meta...miro a la niña, a la adolescente, y me doy cuenta como en el proceso de crecer el corazón se me ha ido endureciendo y como evito abrirlo por temor al daño, jajaja, nadie creería que guardo un interior muy simple con un exterior un poco complejo, en fin...Hay cosas esenciales de mí que se quedaron atrás, que ahora corren presurosas por volver, y por ello he calmado mis pasos, para que me den alcance...

En mi interior soplan vientos fuertes, que están cambiando de dirección, que me están despertando y me están haciendo ver las cosas como no las había visto; no sé si es madurez el término más acertado, pero creo que es el que mejor lo describe. Siento mis alas pesadas, por eso hace mucho tiempo que no vuelo, y ahora entiendo que quiero volar...

Vuelvo a casa, el viento ha vuelto a cambiar de dirección, al entrar siento como el movil de campanitas suena...mi corazón salta...siento el sonido de las campanitas, y entiendo...