Mis cuentos para Santiago en 100 Palabras
El Bar
Todos los días, a las 19.00 horas, llegaba al bar. Entraba, y saludaba cariñosamente de beso y mano a mi grupo, reunidos como siempre en la misma mesa. En la barra pedía su botella de vino tinto y bebía pensativo. Un día le preguntamos qué le pasaba y nos dijo que perdió a sus hijos y que por eso venía al bar, porque se los recordábamos felices y parlanchines, reunidos ante una cerveza. Terminó el vino, se despidió de todos y se fue. Volvió al día siguiente, y lo esperábamos con una botella de vino tinto para brindar con él.
Trayecto en Sueño
Llegué al Metro Elisa Correa. El estaba a mi lado en el andén. No supe su nombre, sólo nos miramos y subimos al tren. Combinamos en Vicente Valdés; él me cuidó de la marea humana en plena hora punta. En el trayecto al centro el sueño lo venció, puso su cabeza en mi hombro y se quedó dormido. Lo miré, apoyé mi cabeza junto a la suya y me dormí. Despertamos en Plaza de Armas, salimos de la estación y nos despedimos con una mirada. Desde ese día no lo he vuelto a ver.
Vacaciones
Corría apresurada por las mangas que había dispuesto el aeropuerto para los viajeros tras los daños que dejó el terremoto. Llegué justo a la hora de embarque a dejar mi maleta. Me miraron con desaprobación en el counter, pedí disculpas por el retraso y corrí a embarcarme. Empezaban mis vacaciones, el avión despegaba y yo quería llegar luego a mi destino; iba volando al sur, a mi Osorno, a abrazar a mis padres, abuelos, tíos y primos, a los que la noche en que Chile se sacudió cuando yo vivía en un piso 17, pensé que no volvería a ver.
Ella contuvo un estremecimiento. El, la siguió acariciando hasta que ella se rindió a todas las sensaciones que le producían y se dejó llevar; él la guió, envolviéndola en sus brazos y soltándola poco a poco hasta que ambos se dejaron caer en ese dulce abismo. Así los sorprendió la mañana, un nudo de brazos y piernas. El se levantó y preparó café para los dos. Ella, aún sin poder creerlo, bebió su café en silencio. Salieron juntos a la calle, ella tomó su vehículo y se fue rauda. Pero a la semana siguiente volvió. Y él la estaba esperando.
que lindo los escritos rulitos :) besotes y siga escribiendo!
ResponderEliminarQue lindossssss....Ame el del metro...y el de las vacaciones
ResponderEliminarBesitos linda... :D
jojojo gracias chiquillos...el del metro me paso hace muchos años :P
ResponderEliminartan buenos rulito ... me gustaron los escritos ...besos y abrazos
ResponderEliminarMi preciosa...hoy es nuestro ultimo dia, y se que en estos ultimos dias, aunque nadie lo note, haz luchado como una leona contra la adversidad. Has derramado lagrimas, pero sigues adelante como sea. Sigue luchando, que si te faltan fuerzas, estare yo siempre, aunque este por alla lejos...
ResponderEliminarMañana debo volver, y esta vez me complica mucho dejarte. Te he visto fragil, delicada, desganada y hasta un poco deprimida, pero te repito: no permitas que nada te derrote, si es necesario, vuelve a empezar una y mil veces hasta que lo logres...nadie ha dicho que vivir es facil...
Me encantaron tus cuentos, estan hermosos; ojala algun dia muestres todo lo que has escrito, aunque te mueras de verguenza jajajajajaja
Solo espero haberte hecho feliz estos dias; no te pido que me esperes, eso ya lo conversamos. A mi me importa mas tu felicidad...
Besos
Te quiero
solo te dire que te quiero...lo demas, te lo dire en un ratito mas...besos
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